sábado, 12 de mayo de 2012

Mi confrontaciòn con la docencia.


marreaga_mi confrontación con la docencia.

     Estudié el Diplomado en Lengua Inglesa en la Normal Superior del Estado de Nuevo León en el año 1985. Esta fue mi segunda opción vocacional a seguir, ya que la primordial, Medicina, no pude cursarla por varios factores que se conjuntaron (orfandad, falta de apoyo por parte de mi familia, diferentes tipos de abusos, etc.). Me faltaron 4 meses para terminar mis estudios. Mi pasión por el conocimiento del cuerpo humano, saber cómo funciona, el milagro de la vida, y lo principal, salvar y preservar la vida y la salud era lo que siempre me había apasionado. Desgraciadamente fallece mi madre, cuando yo tenía once años, la cual era el motor de mi vida y el único soporte moral, afectivo y económico, por lo cual siento que el mundo se me viene encima.
     Me gustaba la docencia porque en casa estaba inmersa en el mundo docente, mi madre, mi hermano, mis primos, todos eran maestros, pero no lo consideraba como el perfil a desarrollar. Aún así, de niña solía jugar a “las escuelitas” donde, obviamente, yo era la maestra y me encantaba poner actividades a mis “alumnos”, explicarles y, sobre todo, revisar tareas y exámenes.                           
     Por circunstancias de la vida, me casé muy joven, dedicándome por completo a desempeñarme en mi papel de ama de casa, período de mi vida en el cual me arrepiento y a la vez no de no haber conseguido un trabajo: no fui útil a la sociedad y era dependiente económica de mi marido, a la vez que teníamos muchas carencias,  pero a la vez, esa maravillosa experiencia de estar de tiempo completo con dos mis hijas, entonces pequeñas, no lo cambiaba por nada del mundo, ya que deseaba estar al pendiente de ellas y no quería ni por un instante extrañaran a su madre como yo extrañaba a la mía.
     Un día, después de 15 años de casada y con un hijo más, el cual tenía 4 añitos, se me presenta la oportunidad de trabajar como maestra de inglés para Maternal II y Preescolar,  y dudé mucho para aceptar. Solamente con pensar en estar frente a un grupo y ser la responsable ante los padres de familia de su aprendizaje, me aterraba. Aunado a esto, la inexperiencia y el no contar con estrategias de enseñanza era angustiante, por lo cual, cuando finalmente acepté, observaba como las educadoras trabajaban con los niños y aparte tenía que estar traduciendo canciones y frases, cosa difícil después de 15 años de no poner en práctica mis conocimientos, y no contar con las facilidades tecnológicas con las que contamos ahora: internet, traductores en línea con pronunciación, solo contaba con mis conocimientos y un diccionario inglés-español.
     Gracias a esa oportunidad y a la confianza que desarrollé en mí misma, que  a su vez partía de la que me brindaban mis superiores y los padres de familia contentos con el avance que mostraban sus hijos en inglés, tuve la oportunidad 6 años después de enrolarme como docente en el turno vespertino en el Conalep “Lic. Raúl Rangel Frías” de CD. Guadalupe, N.L. impartiendo la materia “Introducción a la Biología” de 6º. Semestre, materia que se impartía con el Modelo Educativo 2003, por lo cual me pasaba gran parte de mi tiempo entre la biblioteca  e  internet., con el cual afortunadamente ya contaba en casa,  teniendo poco tiempo libre para mí, porque continuaba por las mañanas como maestra de inglés en el kínder.
     Sin embargo yo quería impartir mi materia: inglés, y esa oportunidad se me presentó después de 2 semestres, para lo cual, aunque suene poco lógico, me sirvió muchísimo mi trabajo en el kínder.                                               l
      Me di cuenta que necesitaba diferentes estrategias para poder desempeñarme satisfactoriamente con los alumnos de ambos niveles y recurría a diferentes técnicas como las aprendidas en los diferentes cursos que nos dan nuestros superiores en el plantel, cursos que abarcan desde el conocimiento del el Modelo de Competencias, habilidades didácticas, estrategias de enseñanza y/o aprendizaje, maneras de evaluar, tipos de rúbricas, etc. así como pedir asesoría a maestros más experimentados, y lo más importante: tener la capacidad para detectar por mi cuenta mis posibles áreas de oportunidad, y la inteligencia para poder mejorarlas y tener la humildad de agradecer cuando me las hacían ver.   
     Trabajar en Educación Media Superior me llena de satisfacción porque disfruto mi trabajo y también porque es una fuente de ingresos para ayudar a mi esposo a solventar a mi familia, además que te encariñas mucho con los alumnos y aprendes muchas cosas de ellos. Me agrada que aún cuando ya salieron de la escuela te contacten para que les expliques cosas que no entienden en la facultad o bien que te los encuentres en la calle y te saluden con cariño y  respeto aún cuando algunos de ellos tienen puestos importantes., aunque en algunos casos aprovechamos las ventajas de la tecnología, como Messenger, Facebook, Twitter, etc., para seguir en contacto con ellos y así nos damos cuenta de sus logros, metas cumplidas, fracasos, etc., siendo lo más emocionante cuando te hacen partícipe, ya sea porque se organizan para salir y te invitan para acompañarlos o porque te invitan a su graduación de facultad, a su boda, al bautizo de sus hijos, etc. Esta es una de las cosas gratificantes de haberme interesado en su aprendizaje, de haberme ganado su respeto y confianza., porque mi recompensa es  que ellos lo reconozcan y lo valoren.
     Una de las cosas que no me gustan a la hora que tengo que impartir mi módulo es el poco tiempo del que disponemos: 3 horas-clase a la semana, tiempo que considero insuficiente para un buen aprendizaje, ya que tenemos que ver gramática y, lo que considero importantísimo, la pronunciación.
     Otra cosa que me disgusta es el poco interés que muestran algunos compañeros maestros al aprendizaje real del alumno, ya sea por comodidad, o por cumplir con las exigencias de los planteles de evitar a toda costa la reprobación, pero al final de cuentas creen que con aprobarlos los están ayudando y a la vez se ayudan ellos, cuando la realidad es que perjudican muchísimo al alumno al darle una visión irreal de la verdadera intención de una buena enseñanza, así como mostrarnos ante ellos con una imagen muy pobre y devaluada. Los alumnos son muy listos y saben distinguir de un maestro con estas características del que no, por lo cual muy probablemente en un futuro ni te recuerde, porque tu paso por la vida de ellos fue intrascendente y simplemente fuiste un maestro más. ¡Qué satisfactorio cuando tu labor docente dejó huella en ellos y eres recordado no por ser “el maestro que como quiera te pasa”, sino como el que le transmitiste conocimientos,  te interesaste en él  y por eso te  recordará a través de los años!
     Este semestre que finalizó mi plantel Conalep tuvo menores índices de reprobación, según nos informaron nuestros superiores, lo cual es motivante, porque significa que al menos vamos por buen camino al aplicar las estrategias aprendidas.
     En el texto, José Manuel Esteve me hizo recordar mis áreas de oportunidad al iniciarme como docente, algunos de los cuales ya están superados, sin embargo me falta todavía corregir o modificar  otros.
     Comparto con él el sentimiento de angustia, ansiedad, y hasta miedo el no saber cómo desempeñarme con jóvenes de preparatoria, no sabía cómo dar una clase, sin embargo, al recordar lo bueno de mis maestros, evitar hacer lo que me desagradó que hicieran cuando yo era alumna, y a la vez, poner en práctica los consejos tanto de maestros experimentados como lo aprendido en los diversos cursos tomados, me fue de mucha utilidad. Por algo Esteve nos llama a los buenos maestros “regalos de los dioses, maestros de humanidad” (modestia aparte).
     Me siento identificada con el ensayo y error porque  las buenas experiencias las sigo aprovechando mientras las que no me resultan las desecho y /o modifico. Según Esteve la libertad de ser maestro se logra superando dificultades, como elaborar tu propia identidad profesional, dominar las técnicas básicas para ser un buen interlocutor, resolver el problema de la disciplina y adaptar los contenidos al nivel de conocimiento del alumnado.
     Esteve recomienda que entendamos en qué consiste ser maestro para poder encontrar nuestra identidad docente, y una de las maneras es estar a su servicio (hasta cierto punto, claro)  aclarando sus preguntas sin exhibirlos, atender fuera del aula o en sala de maestros a alumnos que lo requieran y recordar que los conocimientos previos son muy importantes para acceder a los nuevos conocimientos y por ello debemos identificar cuáles  son sus deficiencias, además de adecuar los contenidos a niveles no tan elevados.
     La segunda dificultad que debemos enfrentar es el de ser buenos interlocutores, para lo cual es importante llevar algún curso de comunicación, porque debemos recordar que somos los intermediarios entre el saber y los alumnos. Esta capacitación nos sería muy útil, porque de pasada nos ocuparíamos de la disciplina, ya que todos nuestros proyectos y motivos  tienen que estar basados en cuestiones razonables, y para transmitírselos, nos basamos en la comunicación. De hecho, una de las primeras evidencias que trabajo con mis alumnos  en el aula, es la redacción de un “Code of Conduct” (código de conducta), el cual, para empezar no es llamado “reglamento”, aparte, por medio de lluvia de ideas ellos participan con sus aportaciones y sugieren las respectivas sanciones, los cuales tampoco son llamados castigos. Aquí manejo el concepto de “consecuencias”, las cuales son el resultados de nuestras acciones, ya sean buenas o malas ¡Qué gratificante para ellos que sus ideas sean tomadas en cuenta, y no llegue el maestro simplemente a imponer! Además, ¡que gratificante para mí que en algunos de los casos mis expectativas fueron superadas!.
     Finalmente Esteve dice que debemos adecuar los contenidos al nivel de los alumnos para esto debemos considerar la especialidad que están cursando para ver la profundidad de los temas y el tipo de actividades que vamos a aplicarles.
                                                                                                                        
                                                                                                 Gracias.

Los saberes de mis estudiantes


Los saberes de mis estudiantes.
                 

En el proceso de enseñanza-aprendizaje, siempre hay obstáculos a vencer, pues un innumerable número de detalles salen a resaltar, ya sea porque nosotros los profesores no tenemos ciertas cualidades o  herramientas para poder enseñar, y otra por las debilidades o carencias de hábitos de estudio y atención por parte de los estudiantes, de ahí la necesidad de siempre estar al pendiente de todas estas situaciones, y hacer un análisis constante de por medio, hacia nuestras deficiencias como profesores y las contracturas académicas de los alumnos, con el fin de promover un desarrollo equilibrado, para que funcione el ciclo enseñanza-aprendizaje.

Hoy en día las principales debilidades académicas, son el no saber enfocar o absorber el uso de las herramientas tecnológicas, para propósitos de enseñanza-aprendizaje, ya que bajo la perspectiva docente, el uso de la tecnología es limitado, y puede ser porque el profesor no tenga el conocimiento para manipularla o por el bajo presupuesto de la institución donde labora, haciendo inaccesible el uso de esta, lo cual provee de un obstáculo de avance educativo, y por el otro lado están los estudiantes, que tienen algunos puntos buenos de cómo usar la tecnología en su beneficio, pero no con el impulso hacia la educación, sino más bien hacia el ocio y la diversión, como usar el correo electrónico solo para mandar mensajes afectivos, comunicarse por Messenger sólo para socializar, bajar música, usar blogs para chismear, bajar videos con fines no educativos, ver o publicar imágenes impropias etc.., lo que da pie a un desperdicio de utilidades significativas, que bien podrían enfocarse al aprendizaje significativo y ùtil.

Para evitar esa fuga de utilidades, es necesario que nosotros los profesores nos adaptemos a los tiempos, ya que no nacimos con la tecnología, y, ¿cómo lo podemos hacer? Pues, adquiriendo conocimientos y habilidades que para ellos es cosa sencilla, dicho en otras palabras, poniéndonos a su altura, alcanzándolos en cuanto a conocimientos se refiere, y si es posible, sobrepasándolos pero para beneficio tanto de ellos como nuestro. También debemos enfocar a los jóvenes al buen uso de la tecnología y el buen provecho que podemos obtener de ella por medio de la práctica, o sea, con actividades en las cuales pongan en marcha lo planeado por nosotros en cuanto a TIC´s se refiere.

                                                       Maestra Micaela Arreaga Rosales.

                                                          Abril 30/2012